Enamora a tu cliente cada día y sorpréndele de vez en cuando
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Como mariposas
revoloteando alrededor de los consumidores y usuarios. Como flores de colores
que maravillan los sentidos y hacen perder la noción de la realidad. Como auténticos
espadachines que retan con honor a las vicisitudes y contrariedades de la
realidad y competencia que vivimos. Las marcas necesitan respirar el mismo aire
que respiran sus consumidores y sentir los mismos procesos.
El aire que se respira, se
respira con amor y en compañía del cliente, se trata de un marketing de amor
personalizado.
Pero todo
tiene un halo de ficción. Si realmente deseamos respirar el mismo aire que
respiran nuestros clientes, nuestra misión es acercarnos a ellos, por el medio
que a ellos más cómodo les resulte, entender su situación personal y familiar en
su contexto, y entonces, solo entonces, adaptar nuestras soluciones, nuestros
productos y nuestros servicios a ese nuevo aire, puro, que todos estamos
respirando. Se trata de personalizar al máximo las soluciones que aportemos y crear
auténticos vínculos humanos, emocionales, que a la larga dejan una gran huella
personal.
Porque otra de
las características del amor que está en el marketing y la comunicación (y da igual
que sea en Internet, en una reunión, en la oficina, en un evento, en un
congreso, en su casa, en la nuestra, en Twitter o en Facebook…) es que ha de
transmitir pureza, transparencia, sinceridad y confianza. De nada sirven los
colores ni las palabras, si lo que hay detrás son meros ficticios imposibles de
aplicar o implementar en la vida real.
Enamora a tu cliente cada día y sorpréndele de vez en cuando
Es increíble la
similitud existente entre las fases del amor y las fases del marketing del amor,
- Fíjate en mí: El primer paso es conseguir que se fijen en ti, en tu marca, en lo que ofreces y cómo lo ofreces… Y tú en él, en sus necesidades, sus posibilidades, su situación… diferénciate del resto y aporta tu propia esencia.
- Mantén el amor cada día y no permitas que bajo ningún concepto decaiga. Para ello comunícate con tu cliente, conversa, pregúntale simplemente ¿qué tal todo? Escúchale cuando esté enfadado por algún motivo y soluciona con sus inquietudes.
- Sorprende a tu cliente cuando menos lo espere, ¿por qué no? ¿Y si le llevas a ver una película (regalo de unas entradas) o le invitas a un café y charlas con él o revisas con cariño las garantías de su seguro? porque ahora que le conoces mejor sabes que para él será beneficioso tener cubiertos ciertos riesgos personales, familiares o patrimoniales… o no.
El arte de amar, aplicado al marketing
El “Lovemark” es la lealtad que los consumidores tienen por sus marcas y que “va más allá de la razón”. Para que las marcas puedan sobrevivir, necesitan crear lealtad. Solo así podrán diferenciarse de millones de insulsas marcas sin futuro. El secreto de la supervivencia está en el uso del misterio, la sensualidad y la intimidad, según nos cuenta Kevin Robert en su libro “el futuro más allá de las marcas”.
Nadie dijo que
el amor era fácil y mucho menos en marketing, pero si existe un poquito de ilusión, comunicación, asesoramiento
sincero, del bueno, constancia y confianza, entonces habrás recorrido gran
parte del camino… y el aporte de valor que dejas en tu cliente no se olvida.
¿Eres de los que enamora o de los que
dejan el enamoramiento para otros?
#DesenredándoteEnPrimavera
Autora: Rosa Bermejo